lunes, 18 de mayo de 2009

Las lágrimas del asesino


Acabo de matar a mi bebe.
No sufrió. Machaqué unos cuantos somníferos de los que solía tomar antes de que él naciera y los metí en su biberón. Me dirigí a su habitación. Estaba dormido boca arriba, tapadito con la sabanita azul de coches que tanto le gustaba, el móvil seguía en marcha reflejando en el techo un montón de estrellitas blancas que bailaban al son de “Twinkle Twinkle Little Star”, su nana favorita. Se despertó y me dedicó una sonrisa tan cálida que me heló el alma. Lo cogí en brazos y lo abracé contra mi pecho intentando grabar su olor y su calor en mi memoria. Me senté en la butaca y le di el biberón. Jugaba con mi pelo y su manita empezó a volverse torpe, los ojos se le cerraban y finalmente su cabeza cayó suave hacia un lado. Lloré y lloré, mis lágrimas empaparon su carita de ángel. Lo volví a dejar en su cunita como si durmiera.
Arrastré mis pies hasta el comedor, allí en el suelo tirada seguía aquella maldita carta que había aparecido de repente en mi mesita de noche. La carta venía acompañada de mi flor favorita, el pensamiento, y de un recorte de periódico que titulaba en grandes letras “Detenido el asesino de las lágrimas” y debajo la foto de un hombre de aspecto casi angelical, delgado, rubio, ojos claros y piel blanca como la nieve. Era clavado a mí.
No pude evitarlo, cogí de nuevo la carta y la releí.
“Mamá, por favor, mátame.
No sé en qué momento recibirás esta carta, ni siquiera sé si la recibirás, mi compañero de celda, un físico loco con poca ética, está realizando experimentos con partículas capaces de viajar en el tiempo, pero hasta ahora lo único que ha conseguido es matar a varios voluntarios que se han prestado a probar su invento.
Espero que esta carta llegue a ti antes de mi nacimiento o mejor antes de mi concepción así te evitaría tener que pasar por aquella espantosa violación. Sé que sólo yo sé cómo fui concebido, siempre lo mantuviste en secreto. Me lo contaste hace apenas 3 días, cuando viniste a visitarme a la cárcel, pretendías que no me culpara por esas muertes, al fin y al cabo aquello debía ser alguna enfermedad genética, la huella que el desgraciado de mi padre dejó en mí. Pero fue en ese momento cuando comprendí que para mí no había curación, que no era dueño de mis pensamientos ni de mis acciones.
Soy un monstruo. He violado, torturado y matado a más de 20 mujeres. No puedo controlarlo, pierdo la noción del tiempo y del espacio, sólo quiero poseerlas, someterlas. He llorado sobre los maltrechos cuerpos sin vida de cada una de mis víctimas, recuerdo sus caras, su olor, su voz, sus gritos, esos gritos que no puedo sacar de mi cabeza. Les dibujé una lágrima en la mejilla para expresar mi dolor por esas muertes y pedirles disculpas, de ahí que la prensa me apodara el asesino de las lágrimas.
Ayúdame mamá, por favor, ayúdame a devolverles la vida.
Has hecho todo cuanto ha estado en tu mano para evitar que me convirtiera en el monstruo que soy ahora, te has volcado conmigo, supongo que tenías miedo de que pudiera parecerme a mi padre, me has protegido de todo cuando pudiera herirme, me has acompañado en cada una de las etapas de mi vida, me has dado la mejor educación que estaba en tu mano, me has amado a pesar de todo, a pesar de mis actos y de los actos de mi padre.
Mamá, hay vidas que no merecen la pena ser vividas.
Te quiero, como nunca he podido amar a nadie.
Tu hijo, Marcos”
La lectura de aquella carta me hizo recordar momentos de soledad y miedo. Mis padres murieron cuando yo tenía 12 años desde entonces nadie me ha querido. Y aquella violación en aquella oscura calle, aquel hombre que apestaba a sudor, tabaco y alcohol, todavía puedo sentir el peso de su cuerpo sobre mi y el miedo, no a morir que habría sido una bendición, si no a sufrir a sentir más dolor en mi alma. No se lo conté a nadie, a nadie le habría importado. Sentía vergüenza por no haber luchado más, por no haber tomado otro camino, por haberme puesto falta. Poco después descubrí que estaba embarazada y sentí que ya no estaría sola nunca más, que aquel ser que llevaba dentro de mi venía a amarme y acompañarme.
Posiblemente haya salvado muchas vidas, pero no la mía, para mí ya es tarde, la sangre brota de mis muñecas, cojo la carta, la flor y el periódico y vuelvo a la habitación para morir junto a mi bebé. Le cojo la mano y le acaricio la cara, tienes razón hijo hay vidas que no merecen la pena ser vividas. Empiezo a sentir como la muerte me coge en sus brazos y me mece, ya estoy a salvo, se acabó esta miserable vida, llena de tristeza y sin sentido.
Como en las películas de ciencia-ficción, el recorte de periódico empieza a cambiar, el titular es otro, algo referente a la economía, por lo menos todo esto ha tenido un sentido. Me dejo ir. Creo que estoy flotando. Algo me sobresalta, oigo de lejos el llanto de un bebé, me giro, es mi bebé, me aprieta la mano. Algo me llama la atención en el periódico, en un lado, veo otra vez esa cara de ángel, pero ahora está exquisitamente vestido y sonríe, debajo el titular “Entrevista con el autor del best-seller mundial ‘Las lágrimas del asesino’”. Sonrío, mi muerte ha tenido sentido.

3 comentarios:

  1. He tenido la oportunidad de leerlo antes de que sea publicado aquí y la verdad es que me ha gustado.
    Me ha recordado a 'Back To The Future II', donde los titulares cambian conforme va dando saltos en el tiempo, o a la película 'El efecto mariposa', en la que en cierto modo se juega a ser Dios cambiando el destino de la gente a voluntad.

    Un saludo!

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  2. Hola Sonia!

    Te he escrito un email para ver si te apetecía participar en el juego aquel que te comenté en clase de escribir un relato entre todos, pero supongo que tomé mal tu dirección porque me lo ha devuelto. Si te apetece participar, te doy mi dirección para que me des la tuya: soniaradom@gmail.com

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  3. Vaya capacidad para crear relatos! me ha encantado y me ha sorprendido bastante. No llevo mucho en esto de los blogs pero te invito a pasar por el mio si te apetece. Un beso, Dulce.
    aprendiendoamadurar89.blogspot.com.es

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